terapia individual

La experiencia enriquecedora

El terapeuta nos acompaña a disminuir el sufrimiento y a descubrir nuestro interior. Es una experiencia muy enriquecedora, un viaje con luces y sombras que, al ir guiados de la mano, tiene como resultado el alivio del dolor, una mirada hacia uno mismo más positiva, más cariñosa y la mejora de las relaciones con los demás.

En ocasiones nos podemos sentir tristes, confusos, solos, desorientados…y a veces podemos explicarnos el porqué. La pérdida de un ser querido, cambios laborales bruscos (jubilación, desempleo, traslados…), divorcios, problemas familiares o en nuestro círculo de amigos y cambios en el estado de salud son algunas de las causas de estos sentimientos. Otras veces no podemos atribuir la angustia, la melancolía, la irritabilidad y las dificultades en las relaciones con los otros a ningún motivo concreto. El no encontrar una causa específica a nuestro malestar nos resulta más difícil de entender y soportar.

Es muy importante evitar que los síntomas como insomnio, ansiedad, tristeza u otros se cronifiquen, cuanto más tiempo pase peor. Pensar que solos, sin ayuda, con nuestros recursos personales o que el paso del tiempo será suficiente es un error en la mayoría de los casos. Los amigos, la familia y otras personas significativas son un buen apoyo para superar estos momentos. No obstante estos soportes no son suficientes en muchas ocasiones. Es entonces cuando surge la necesidad de buscar a un profesional para iniciar una terapia individual que nos ayude.

Si el malestar es muy intenso y afrontar el día a día nos cuesta hasta agotarnos, puede estar indicada la toma de medicamentos prescritos por el médico o el psiquiatra. Durante algún tiempo la medicación y la psicoterapia son necesarias para poder hacer frente a las dificultades. La terapia individual con un psicoanalista o un psicoterapeuta es el mejor recurso para hallar los motivos inconscientes de nuestros conflictos y que nos impiden vivir plenamente, así como evitar el sufrimiento innecesario.

El tipo de terapia indicada es una elección del profesional. Tiene en cuenta el trastorno o enfermedad, la personalidad, la motivación, la disponibilidad, las capacidades, el deseo de la persona para salir del atolladero y bucear en su interior.

A través de la relación con el terapeuta es posible curar las heridas internas y disfrutar más y mejor de nuestra realidad y del contacto con los demás.

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