Afrontando las dificultades

¿Es el amor suficiente para mantener una relación de pareja? A veces surgen dificultades. La terapia de pareja sirve para hablar de ellas delante de una persona neutral que permite escuchar y escucharnos. El fortalecimiento del vínculo o la posibilidad de separarnos sin rencor es el fruto de la terapia.

La relación de una pareja pasa por distintas fases. A un primer período de enamoramiento siguen otros en los que, en determinadas circunstancias, surgen problemas. En muchas ocasiones el diálogo entre los miembros de la pareja es suficiente para seguir adelante. Otras veces se llega a situaciones que parecen irresolubles. La terapia de pareja es una buena forma para afrontar las dificultades, tanto las surgidas en el día a día como de aquellas que subyacen en la relación y que se van acumulando. Puede llegar un momento en que el nudo es grande y la dificultad de vivir la relación es demasiado intensa.

En presencia del terapeuta se analizan las condiciones que producen el malestar. Surge la posibilidad de hablar de los sentimientos delante de una persona neutral que no juzga y no se posiciona con ninguno de los dos. Esto permite identificar las emociones de cada uno, verbalizarlas y darles sentido, al mismo tiempo que posibilita conocer las de la otra persona y ayuda a su comprensión y aceptación. Clarificar las emociones es el acceso más adecuado para el bienestar de los miembros de la pareja.

El proceso terapéutico es un camino con incertidumbres. Se inicia con la intención de salir de una situación de insatisfacción y/o sufrimiento y el final es desconocido. A veces es posible una estabilización de la pareja y en otras ocasiones permite una separación sin agresividades. En cualquier caso supone un reencuentro con uno mismo y con la persona con la que se ha compartido parte de la trayectoria vital; esto siempre es muy positivo y enriquecedor.